a las once, una, y a la una, once
a las tierras más remotas, manda Dios un aguacero
a lo dado, no se le busca lado
a lo que huele, sabe
a los hombres y a las mujeres, por su origen se les conoce
a los palos se les busca la hebra, y a los tarugos, la cara
a los quince no valiente, a los veinte no casado y a los treinta no rico, este gallo clavó el pico
a macho viejo, aparejo nuevo
a muele y muele, ni el metate queda