a caballo que rabea, ningún charro lo desea
a cada mula le gusta su comedero
a cada quien darle por su juego, y nunca ir contra la corriente
a cada quien Dios le da lo que él cree que le conviene
a cada quien su propia felicidad
a cada uno su gusto le engorde
a charrear y a llorar, se aprende con babas y no con barbas
a chillidos de marrano, oídos de matancero
a comida de olido, pago de sonido