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poquísimas analogías acuñadas y aceptadas a lo largo de la historia del e
ñol; 2. ¿por qué se estigmatizan y rechazan muchas innovaciones natur
–tal es el caso de la concordancia de
haber
–, y 3. ¿Por qué, a pesar de
pesares, se mantienen las formas irregulares en las lenguas, no obstant
dificultad de control y memoria que requieren y la dificultad para su
correcto? –tal es el caso de los pretéritos
dijiste
,
pusiste
,
etcétera–.
La respuesta, y con esto concluyo, no está en la gramática, sino e
lengua y está, sobre todo, en los usuarios de la lengua, los hablantes, in
sos en su sociedad. La lengua es una herramienta de identidad social y,
duda, el control de las irregularidades gramaticales proporciona prest
social a los hablantes; esto es, aporta éxito social, el cual es tan importa
o más, que el éxito comunicativo. La noción de prestigio social es, d
luego, dependiente del tipo de sociedad y es asimismo dependiente, c
ya vimos, de la mayor o menor frecuencia de empleo de las formas irreg
res. Podríamos concluir el contenido de esta lectura con la recreación d
conocido refrán: “Dime cómo hablas y te diré quién eres”.