Prensa

El Museo Nacional de Antropología (MNA) llegó ayer a 50 años. Cinco décadas de exhibir la historia del país, sus culturas, tradiciones, sistemas de gobierno, lenguas… Una celebración que reunió todo ese universo que es la cultura milenaria de México.

Y el festejo fue emotivo. El recinto diseñado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, un edificio icónico del país, se engalanó: sus colecciones y salas permanentes lucían el esplendor que le dan sus piezas, que también recibieron lustre en días pasados. 

Toda una fiesta para los mexicanos, pero sobre todo para ese pasado que da identidad a la nación. Y para celebrar se dieron cita personalidades como el historiador Miguel León-Portilla; el secretario de Educación, Emilio Chuayffet; el presidente de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa; la directora del INAH, Teresa Franco, y el director del MNA, Antonio Saborit, entre otras.

Una ceremonia que recordó lo grandioso del recinto y su historia que data de los años sesenta del siglo pasado y que se coronó con la apertura de la magna exposición "Códices mexicanos, memorias y saberes", de la cual se hizo un recorrido previo a la ceremonia de festejos.

DISCURSOS. El secretario de Educación, Emilio Chuayffet, señaló que el MNA cuenta con el apoyo del gobierno federal para continuar siendo la memoria del país, “una conjunción de pasado y presente; organismo vivo que se renueva constantemente”.

Lo anterior en respuesta al investigador Miguel León-Portilla, quien en su discurso pidiera al Secretario de Educación, presente en representación del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, diera a este museo el apoyo necesario para poder seguir realizando con éxito sus funciones.

En sus palabras, Miguel León-Portilla dijo que el MNA es el templo de la mexicanidad, en el que los connacionales se acercan con el interés de conocer sobre su historia y la representación viviente de sus raíces.

Comentó que en el museo está la identidad viva de las civilizaciones mesoamericanas, a través de la cultura, la riqueza de los códices y la creatividad indígena, aderezada por una pinacoteca que resguarda pinturas de Tamayo, Carrington, entre otros.

Por su parte Rafael Tovar y de Teresa dijo que el MNA es una simbiosis entre las piezas que se exhiben y el edificio que las resguarda para mostrar a propios y extraños. “Es medio siglo de ofrecer el ejemplo vivo de la riqueza y la belleza del pasado nacional”.

Asimismo, celebró que el museo, concebido por el entonces presidente la república, Adolfo López Mateos, fuera parte de su proyecto para poner a la cultura como política de estado, en compañía de su Secretario de Educación, Jaime Torres Bodet.

Entre los miembros del presidium estuvieron Eva López Mateos, hija de Adolfo López Mateos; Javier Ramírez Campuzano, hijo del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez; Manuel Felguérez, realizador de obra para el museo en 1964 y 2014; la investigadora emérita Beatriz Barba de Piña; Mario Vázquez, coordinador del programa museográfico en 1964 y Yoloxóchitl Bustamente Díez, directora del IPN.

EXPOSICIÓN. Como parte de los festejos por el 50 aniversario del recinto, se inauguró la magna exposición "Códices mexicanos, memorias y saberes" con 44 códices que para su conservación permanecen resguardados en la bóveda de seguridad de la Biblioteca Nacional de Antropología e historia (BNAH). Y ahora se presentan por primera vez al público hasta el 11 de enero de 2015.

Dichos documentos fueron reconocidos por la UNESCO como Memoria del Mundo en 1997.

La muestra está integrada por tres núcleos que son Tiempo, Espacio y Poder: cánones de conocimiento que se expresan en los códices. Cada uno de estos documentos históricos están realizados con amate, piel, fibra de maguey, tela de algodón y papel europeo.

En el recorrido previo a la ceremonia oficial, la directora del INAH, María Teresa Franco, Emilio Chuayffet, Rafael Tovar y de Teresa, Antonio Saborit, entre otros, conocieron los códices.

ENTREGA. Durante la ceremonia Chuayffet entregó a María Teresa Franco, directora del INAH, para su conservación en el MNA, el Códice Chimalpahin, mismo que fue adquirido por el INAH de la Sociedad Bíblica de Londres, que los resguardaba desde el siglo XIX.

La obra está integrada por tres volúmenes con manuscritos del siglo XVII, elaborados por dos historiadores de ascendencia indígena: Domingo Chimalpahin y Fernando de Alva Ixtlixóchitl. Los textos fueron recopilados por Carlos de Sigüenza y Góngora y representan el inicio de la historiografía mexicana, y son fuente fundamental de la vida cotidiana, la sociedad y política nacional del siglo XVI.

Asimismo, se entregaron las medallas a Mario Vázquez, Manuel Felguérez, Avecita López Mateos, Javier Ramírez Campuzano, Beatriz Barba de Piña y una simbólica a Jaime Torres Bodet, misma que permanecerá en el MNA.

Para leer la nota original, visite: http://www.cronica.com.mx/notas/2014/857347.html