Bazar de asombros: "Discurso para el Obispo Vera", por Hugo Gutiérrez Vega (II de II)

Sábado, 18 de Enero de 2014
Bazar de asombros: "Recuerdos de Alberti", por Hugo Gutiérrez Vega
Foto: CONECULTA Chiapas

Don Raúl Vera apoyó en todo a don Samuel y, con valentía, pleno conocimiento de causa y firme vocación sacerdotal, el fraile obispo inició su lucha a favor de los pobres y su opción por los indígenas. Pienso en el cura rural de Bernanos, que decía: “Los monjes sufren por las almas. Nosotros, en cambio, sufrimos con ellas. Este pensamiento que se me ocurrió ayer al anochecer ha pasado toda la velada a mi lado como un ángel.” En el caso del obispo que ahora premiamos, sabemos que sufre por las almas y sufre con ellas, pues es fraile y cura rural al mismo tiempo.

En 1999 fue nombrado obispo de Saltillo, en donde ha defendido a todos los excluidos de esta sociedad injusta, de manera muy especial a los mineros y a los migrantes. Por otra parte y, adelantándose a la postura del actual papa Francisco, avanzó en el terreno de la modernización de la Iglesia al proponer una pastoral integral dedicada a la atención a los grupos de homosexuales. Vale decir que en otros aspectos de la vida humana, don Raúl se ha adelantado muchos pasos a los que, así lo esperamos, dará la Iglesia católica contemporánea.

Don Raúl ha sido amenazado por el Yunque, por la derecha laica y por la derecha eclesiástica. Roma lo llamó en septiembre de 2011 para que aclarara su posición frente a la comunidad gay y frente a la espesa problemática de la justicia y de la libertad en nuestro país. Don Raúl aclaró y continuó. Esa es la mejor de sus virtudes: la tenacidad a prueba de todas las formas del desaliento y del desencanto.

Humanista integral, nuestro premiado ejerce la crítica sin aceptar limitaciones y lo hace con inteligencia y con sensatez. Los poderes públicos lo ven con recelo y desconfianza. Esta es la mejor prueba de su talante humanístico y de su parentesco con los mejores obispos postconciliares de nuestro continente, como Hélder Cámara y Óscar Arnulfo Romero. Dice Bernardo Barranco que el obispo de Saltillo es el mejor que tiene la Iglesia mexicana de nuestros días. Nosotros pensamos que es un humanista que finca sus raíces en lo mejor del Antiguo Testamento y en el mensaje renovado de los Evangelios. Su defensa de los desposeídos y su actitud justiciera y generosa, así como la claridad y la transparencia de su prosa y el poder de su oratoria, vienen a confirmar su firme vocación humanística.

No insistamos más en sus méritos, en sus luchas y en sus proyectos. Pensemos que el Premio que hoy recibe fortalecerá las virtudes teologales, especialmente la de la esperanza, en nuestro país desasosegado. En última instancia, como decía Bernanos, “todo es gracia”. Todo: el pecado y el perdón, la justicia, la libertad, la vida y la muerte. Todo es gracia, señor obispo de Saltillo, todo es gracia, señor ingeniero químico, todo es gracia, Raúl, el hombre.

Para leer la nota original, visite:

http://www.jornada.unam.mx/2014/01/19/sem-bazar.html

El premio que, por generosidad del consejo de nuestra universidad lleva mi nombre, ha tenido buena suerte gracias a que sus jurados han sido inteligentes y han logrado muchos aciertos: la ganadora de la última emisión, Elena Poniatowska, acaba de recibir el Premio Cervantes; Miguel León Portilla publicó recientemente un nuevo libro que viene a confirmar sus dos cualidades principales: la sabiduría y el espíritu de justicia, y Fernando del Paso ha logrado, con su nueva edición de Noticias del imperio, reafirmar su calidad de gran novelista y de hombre comprometido con la justicia y la democracia.

En esta noche venturosa y en este teatro que ha sido testigo de acontecimientos fundamentales de nuestra historia, entregamos el Premio al ingeniero químico y obispo de Saltillo, Raúl Vera López. Ya el jurado deliberó sobre las cualidades y virtudes de nuestro premiado. Yo quiero hablar del hombre, de este hombre justo y sabio, pero, sobre todo, bueno, en el sentido machadiano de la palabra.

Nació en Acámbaro en 1945. De su infancia rescató el interés por la situación mundial, inspirado por su señora madre, siempre atenta a las noticias que llegaban a su radio de onda corta desde Francia, España, la Unión Soviética y Estados Unidos. Fue un futbolista eficiente y un ciclista que se caía con frecuencia pero rápidamente se levantaba. A los diecisiete años entró a la Universidad Nacional Autónoma de México y comenzó sus estudios en la Facultad de Ingeniería. Por esa época descubrió el Centro Cultural Universitario, el entrañable CCU, fundado por los frailes dominicos. En este Centro se acercó a la Biblia, a la experiencia de los curas obreros franceses y a la difusión de la cultura y de los principios religiosos, así como de la opción por la libertad de pensamiento, todo esto representado en la figura del fundador de la Parroquia Universitaria, Agustín Désobry. Ingresó al seminario a los veintitrés años y Bernardo Barranco nos pone a pensar en las aventuras del espíritu del joven seminarista al afirmar que nunca fue clerical, sino eclesial, en el sentido más crítico y profundo de esta palabra. El estudiante de ingeniería química fue entusiasta participante en las marchas estudiantiles. El trágico 1968 forma parte de su experiencia humana y sacerdotal.

La Orden de Predicadores tiene una historia llena de contrastes pero, en el balance final, predominan en ella la generosidad, el apoyo a los humillados y ofendidos por la sociedad capitalista, y la búsqueda de la equidad que sólo puede lograrse a través de una mejor distribución del ingreso. Raúl Vera pertenece a la corriente de tensión espiritual y de opción por los pobres que representa el ilustre obispo de Chiapas fray Bartolomé de las Casas, y a la que se afiliaron muchos frailes inteligentes y audaces que se enfrentaron a los poderosos para defender a los que nada tienen.

En 1988 fue nombrado obispo de Ciudad Altamirano, y en agosto de 1995 fue enviado como obispo coadjutor a San Cristóbal de las Casas. Su encomienda era la de neutralizar el liderazgo de don Samuel Ruiz, el valiente defensor de los indios de Chiapas, el sucesor de la audacia de fray Bartolomé. Para nuestra fortuna, Raúl Vera no cumplió la encomienda y se dejó convencer por don Samuel. Eso no fue muy difícil ya que, desde su llegada a San Cristóbal de las Casas, el nuevo obispo protestó contra la marginación de los indígenas en su propia tierra y por el aumento de la represión gubernamental.

(Continuará.)

Para leer la noticia original, visite:

http://www.jornada.unam.mx/2014/01/12/sem-bazar.html

Para leer la nota original, visite: http://www.lajornada.unam.mx


Comparte esta noticia

La publicación de este sitio electrónico es posible gracias al apoyo de:

Donceles #66,
Centro Histórico,
alcaldía Cuauhtémoc,
Ciudad de México,
06010.

(+52)55 5208 2526
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. 

® 2024 Academia Mexicana de la Lengua