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de Horacio
(1946), en las que vertía genialmente al castellano las 19 fórm
las rítmicas del venusino inmortal. Brillaban allí la docena de ritmos qu
había entonado en italiano el Giosuè Carducci de las
Odas bárbaras.
Así había entonado el inmortal Horacio versos tan originales como l
asclepiadeos mayores:
Aetas. Carpe diem
,
quam minimum
credula postero
Oda I, 11.
Y Méndez Plancarte los vertía con pentasílabos similares:
¡Ves tu flor? Cógela.
Y del mañana
seamos incrédulos.
Además de sus trabajos acerca de tres modernistas y de Horacio, Alfons
Méndez Plancarte ya había culminado los tres volúmenes de sus
Poet
novohispanos
(unam, 1942, 1943, 1945)
.
En tales obras había demostrado palmariamente que sor Juana no
una Décima Musa en un árido desierto, sino una reina en una corte qu
la merece y la realza. A su lado triunfan poetas tan nobles como Sigüenz
y Góngora, Juan de Palafox, Matías de Bocanegra, el capitán Ramírez d
Vargas y tantos otros.
Y don Alfonso Méndez Plancarte logró publicar en los escasos 45 añ
de su fecunda vida iniciada justamente hace un siglo, el 2 de septiembre d
1909, en Zamora, Michoacán, muchos otros libros de tradición clásica
mística sobre san Juan de la Cruz y el Corazón de Cristo y la Virgen Marí
con una investigación similar a la del
Horacio en México
(unam, 1937) d
su hermano don Gabriel, quien era el más poeta de los dos, como don A
fonso era el más crítico entre ambos.