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el arte de la lengua de michoacán de fray maturino gilberti
variada obra de lexicografía purépecha que hoy documenta tanto la cultura
nativa de estas tierras como los principales intereses que los españoles te­
nían en las cosas de acá. Gilberti publicó, entre otras cosas, el
Vocabulario
en lengua de Mechuacán,
aparecido el 7 de septiembre de 1559. El de 1559
sería un año muy importante para el franciscano francés: no sólo aparece su
vocabulario, sino, como veremos, su
Diálogo de doctrina cristiana.
De hecho, fue su labor de traductor la que acarreó a Gilberti más que­
braderos de cabeza. El 15 de junio de 1559, en efecto, aparece su
Diálogo de
doctrina cristiana en lengua de Michoacán
y, sin que sepamos la fecha exacta,
ese año aparece también su gramática latina bajo un larguísimo título cuya
abreviación puede quedar en
Gramática Maturini
.
2
El 3 de diciembre de ese
mismo año, sin embargo, el obispo de Michoacán Vasco de Quiroga pide al
arzobispo de México, Alonso de Montúfar, que se prohíba la circulación del
Diálogo de doctrina cristiana en lengua de Michoacán
hasta que se examine
bien. La petición de Quiroga contenía la sugerencia de que como no había
en su obispado “teólogos suficientes para la examinación de dicha doctrina”
se la tradujese al español para que pudiera ser examinada. Esta acusación,
con las consiguientes molestias por parte de la Inquisición, pesa sobre Gil­
berti el resto de su vida: muere sin haber sido absuelto por los inquisidores.
Tres años después de muerto el lingüista francés, el 30 de junio de 1588, los
inquisidores de México preguntan al Consejo de la Inquisición qué debían
hacer con el
Diálogo
de Gilberti, puesto que no figuraba en el
Catálogo gene-
ral de los libros prohibidos.
Los mismos inquisidores novohispanos sugieren al
Consejo que se autorice su circulación argumentando que la obra sería muy
útil para la enseñanza de los indios. Como en 1557, Gilberti aparece en el
libro de profesiones del convento franciscano de México, es posible suponer
que sus afanes lingüísticos provengan de allí.
Está claro que entre los franciscanos del siglo xvi existe la conciencia tan­
to de la importancia de la traducción como de la existencia de dos maneras
de traducir: la traducción literal, o palabra por palabra, y la traducción
según el sentido:
ad sensum
. La obra como traductor que Gilberti desarro­
2
El título completo es:
Grammatica Maturini: Tractatus Omnium Fere Que Grammatices studiosis
tradi solent a fratre Maturino Gilberto minorita Ex doctissimis collectus auctoribus.