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un acto de fe
Alí Chumacero y el jurista Diego Valadés, me propusieron como candidato
a la Academia Mexicana de la Lengua y es él, Carlos Montemayor, ahora
mi amigo, quien responderá mis palabras de ingreso. Gracias, don Alí; gra­
cias, maestro Valadés; gracias, Carlos, por hacer realidad aquel sueño de la
infancia que se quedó en el olvido.
Y gracias, señores académicos, por aceptarme. En estas 10 sesiones del
pleno de la Academia a las que por estatutos debí asistir antes de mi ingreso
formal, he encontrado un lugar que nunca imaginé que existiera.
En una bella residencia de la colonia Juárez se reúnen las inteligencias de
este país, esos personajes cuyos libros nos forman en secundaria, preparato­
ria, normal y facultad. Se respira un aire de armonía y las discusiones son
respetuosas y cordiales, reconociéndose la razón al académico que aporta
más fundamentos y razones.
Si en este clima sesionara el pleno de la Suprema Corte, si así sesionara
el Congreso de la Unión y los plenos de los partidos políticos, otro sería
este país.
Gracias, señores académicos, por recibirme con tanta cordialidad y gene­
rosidad, con un calor humano que sentí desde el primer día.
Siento que conmigo ha vuelto el teatro a la Academia, porque desde el
fallecimiento de mi querido maestro Héctor Azar no se había cubierto esta
disciplina, en este sitio de honor donde están representadas las ciencias, la
historia, la filosofía, las humanidades, la literatura.
La silla del maestro Azar fue asignada a un distinguido ensayista y narra­
dor. A mí me corresponde el honor de ocupar la silla número XXVIII, que
dejó vacante don José Rogelio Álvarez.
Leer la hoja de vida de don José Rogelio Álvarez, personaje nacido en la
ciudad de Guadalajara y académico de la lengua desde 1992, es ir de sor­
presa en sorpresa. ¿Cómo un hombre puede ir del sector público al privado
y viceversa sin mancharse las manos?
¿Cómo se puede ser banquero con éxito en el Banco del Pequeño Co­
mercio y consejero del secretario de Educación, director de empresas priva­
das, director de Promoción Económica del estado de Jalisco, subdirector de
Diesel Nacional, S. A., y coordinador general de Difusión de la XIX Olim­
piada, si para cada puesto se requieren diferentes perfiles y vocaciones?