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juegos del narrador en el quijote
Pero a la vez nos encontramos con una continua ruptura de esa omnis­
ciencia, desde el comienzo mismo de la novela.
5
“Quieren decir que tenía
el sobrenombre de ‘Quijada’ o ‘Quesada’” (I, 1, pp. 36-37). El Narra­dor
desconoce el nombre de su protagonista y sólo registra la insegura opinión
de otros: “quieren decir que”.
6
Son muchos y diversos los recursos que usa el Narrador cuando se pre­
tende no omnisciente. Ahí están los varios “autores”, anónimos o no, y sus
divergentes interpretaciones. Ahí, las referencias a opiniones de sujetos im­
personales no identificados: “y
así se cree que
fueron al fuego” (I, 7, p. 88);
7
“¿No es bueno que
dicen que
se holgó don Lorenzo de verse alabar de don
Quijote?” (II, 18, p. 779). Del caballero manchego “
es opinión que
muchos
años fue enfermo de los riñones” (II, 18, p. 772).
Eso por una parte; por otra, las muchas expresiones que aluden a una
cierta inseguridad que manifiesta el Narrador sobre lo que él mismo va
relatando. No sólo cuando fluctúa entre varias posibilidades, sino en los
frecuentísimos “parece ser que”, “debía de”, “sin duda”. Así, las hacas con las
que ansía refocilarse Rocinante “
a lo que pareció debían de
tener más ganas
de pacer que de ál” (I, 15, p. 160). El mancebito que va a la guerra lleva “un
bulto o envoltorio,
al parecer,
de sus vestidos, que
al parecer debían de
ser
los calzones o greguescos, y herreruelo y alguna camisa” (II, 24, p. 832): el
Narrador mete los ojos en el envoltorio y nos dice lo que lleva dentro y a la
vez aparenta no estar seguro de lo que contiene.
Otra manera que tiene el Narrador para mostrar –o fingir– que no lo
sabe todo es la reiterada fórmula “como después se supo” y sus variantes:
Después se supo que
había jurado el duque que si a él no le lavaran como
a don Quijote […]” (II, 32, p. 894). Un pasaje especialmente interesante
se da en el episodio de las bodas de Camacho. Basilio “tenía, preparada la
sangre,
según después se supo
,
de modo que no se helase” (II, 21, p. 806).
5
En varios pasajes de su
Semiótica del
Quijote…,
Paz Gago califica de omnisciente a nuestro
narrador. En cierto momento (p. 103) reconoce que “sabe manifestar inseguridad, flexibilidad y
liberalidad para superar […] la omnisciencia total”; pero no va más allá.
6
Cf. “¿Alonso Quijano?”, en Margit Frenk,
Del Siglo de Oro español
, México, El Colegio de
México, 2007, pp. 149-158.
7
En todas las citas del
Quijote
las cursivas son mías.