Con motivo del 50 aniversario de la aparición de James Bond como personaje cinematográfico, siete escritores recuerdan su primer acercamiento al Agente 007 y sus implicaciones en la cultura contemporánea.
A continuación, recopilamos los testimonios de Vicente Quirarte, Elmer Mendoza e Ignacio Padilla, miembros de la Academia Mexicana de la Lengua.
VICENTE QUIRARTE
Las películas de James Bond son un hito que nos marcó desde la infancia. Un agente secreto que tenía permiso para matar y, al mismo tiempo, unía todo esta elegancia, glamour, seducción con las mujeres. Las escenas de acción, los paisajes, los diversos escenarios del mundo en el que tenían lugar las aventuras, eso nos marcó y, si bien forma parte de esos personajes que van cambiando con las diversas personificaciones, en el caso de mi generación, nosotros crecimos con la idea de James Bond. Veía las películas, pero no me acerqué a los libros de Fleming.
ELMER MENDOZA
Vi Dr. No en un cine que ya derribaron; quizá allí nació mi admiración por James Bond y por Sean Connery. Soy muy impresionable y debí salir del cine impactado. Pienso que es un modelo de espía deseable, no real. Un modelo que los gobiernos quisieran tener, incluyendo el inglés, y que los espectadores deseábamos representar, desde luego, con las hermosas chicas Bond. Una amalgama entre temeridad, guapura, cinismo y dinero. Una manera eterna de ser un triunfador. Nunca me acerqué a los libros; muchos años después compré dos de las novelas de Fleming que nunca leí.
IGNACIO PADILLA
Mi padre ha sido siempre un devoto impenitente de James Bond, de modo que lo vi y he visto todo desde la infancia. Mi primer acercamiento a Bond, sin embargo, fue a través de los cuentos de Ian Fleming, aventuras mínimas y fascinantes que teníamos que leer en mis clases de inglés. Me parece un personaje apasionante, refinado y sumamente gracioso. Encarna la bipolaridad radical de una cultura a la que admiro profundamente: la inglesa, si bien tiene además un elemento escocés innegable, tanto por Fleming, como por Sean Connery. Si bien sus aventuras no son tan inteligentes ni realistas, ni están tan bien escritas como las del soberbio Le Carré —que también fue agente del MI6—, creo que son magníficas. Las versiones recientes, que ya no son de la pluma de Fleming, no están nada mal en términos literarios.
Para leer más sobre esta noticia, visite:
http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/ace9c075d1834834a98f806b01a493f7
Para leer la nota original, visite: http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/ace9c075d1834834a98f806b01a493f7
Donceles #66,
Centro Histórico,
alcaldía Cuauhtémoc,
Ciudad de México,
06010.
(+52)55 5208 2526
® 2024 Academia Mexicana de la Lengua