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Una veintena de destacados poetas participó el 13 de mayo en el homenaje que la madrileña Residencia de Estudiantes rindió al poeta mexicano Octavio Paz (1914-1998), con motivo del centenario de su nacimiento.

Antonio Gamoneda, Vicente Molina Foix, Jaime Siles, Luis Antonio de Villena, Ida Vitale, Enrique Fierro, Alfonso Alegre, Miguel Casado, Clara Janés, Juan Antonio Masoliver y César Antonio Molina son sólo algunos de los que leyeron poemas en torno al Nobel de Literatura 1990.

Esta actividad pretende ser “una aproximación a cada una de las facetas del universo Paz”, comentó el comisario del programa, Aurelio Major, quien destacó la obra poética y el legado intelectual del novelista y su escritura apasionada y su sensibilidad estética.

Para Major, la poesía es “el centro irradiador y absoluto de toda su obra”, por lo que todo el programa del centenario gira en torno a sus poemas. Y recordó que recientemente la Residencia de Estudiantes reeditó La voz de Octavio Paz, un audiolibro de 22 de sus poemas que el propio autor ofreció en 1989 en sus instalaciones y que estaba agotado.

Además, el recinto acogió ayer la mesa Las poéticas de Octavio Paz. Los hijos del limo, en la que participaron Enrique Fierro y Juan Malpartida, y que está organizada por el Instituto de México y la Embajada de este país en España.

Alicia Gómez-Navarro, directora de la Residencia de Estudiantes, recordó que también se ha organizado la exposición "Residencia. Una tradición recuperada", en la que se ha incluido un apartado con documentos originales, como cartas, publicaciones y fotografías, relativos a Paz, que forman parte del Archivo de la residencia.

Para Gómez-Navarro, el mexicano fue “uno de los más influyentes poetas y ensayistas del siglo XX” y puso de manifiesto que también se le homenajeará con un audiovisual, en el que se recuerda su paso por la Residencia de Estudiantes.

La poeta, traductora y ensayista uruguaya Ida Vitale resaltó su “admiración” por la figura del poeta mexicano más universal, a quien conoció en México y colaboró con él. Y lo definió como “una conciencia moral” que “daba ejemplo de cómo deben hacerse las cosas”.

“Siempre había una mitad de Octavio que discutía a la otra mitad”, aseveró Vitale, quien incidió en que esa característica fue “la que lo hizo tan singular”.

Para Juan Antonio Masoliver, Octavio Paz “no es sólo un poeta, sino también un ensayista brillante".

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