Prensa

Un contingente de numerosos humanistas, científicos sociales y científicos duros que nacieron en España y se formaron en Europa llegaron a México hace 75 años para crear la Casa de España (CEM), una institución de existencia virtual que más tarde daría forma a El Colegio de México. Además, fueron ellos quienes tradujeron y pusieron a disposición de los mexicanos el conocimiento de grandes pensadores como Weber, Marx y Heidegger, y contribuyeron a mejorar la educación universitaria de México, señala el historiador Javier Garciadiego, presidente de El Colmex.

“Hay que pensar que el sistema educativo mexicano fue creado en 1910 pero dos meses después estallaría la Revolución Mexicana, así que (para 1938) el sistema de educación superior en México estaba muy retrasado, muy lastimado, y de pronto llegaron algunos intelectuales españoles de primer nivel”, señala el también escritor que dentro de un mes publicará un nuevo libro sobre Venustiano Carranza, en editorial Clío, un análisis del Plan de Guadalupe, a 100 años de su concepción.

—¿Guarda algún vínculo particular con el exilio español?

—No tengo ninguna vinculación sanguínea o familiar con el exilio, soy de familia mexicana de muchas generaciones. Eso sí, me formé en El Colmex y ahí entré en contacto con el tema, con profesores nacidos en España o algunos discípulos. Y luego a través de mi interés por figuras como Alfonso Reyes y Daniel Cosío Villegas.

—¿Lo mejor del exilio llegó a México?

—Sería exagerado decir que llegó lo mejor porque algunos se quedaron en España, como el filólogo Ramón Menéndez Pidal y nada menos que José Ortega y Gasset, quien después se exilió en Portugal, porque quería estar cerca de España.

“Otros se fueron a Francia, Estados Unidos y América Latina. Pero sin lugar a dudas, a México llegó un contingente de lo mejor y de los más numeroso y cohesionado. Y debido al alto número de exiliados que llegaron, se creó un instituto para ellos, que primero se llamó Casa de España y luego se convirtió en El Colmex”, explica.

—Hablamos de un momento histórico para México…

—Es un auténtico hito. Hablar hoy de la CEM es hacer un gran homenaje a la generosidad y la intelectualidad.

UN PARPADEO. La historia de la Casa España en México se puede repasar en un parpadeo y así la cuenta el también miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, Javier Garciadiego Dantan. En julio de 1936 estalló la Guerra Civil en España. Entonces Cosío Villegas era representante de México en Portugal y tuvo información inmediata sobre lo que ocurría.

Dos meses después, Cosío Villegas mandó la primera carta a Francisco J. Mújica, colaborador cercano de Lázaro Cárdenas, sugiriendo que se invitara a algunos intelectuales españoles por uno o dos años mientras duraba la guerra. Cárdenas aceptó inmediatamente, a finales de 1936.

Al siguiente año (1937), Cosío Villegas se dedicó a realizar las gestiones con el gobierno republicano y procedió a realizar el papeleo en las secretarías de Gobernación y de Relaciones Exteriores. Fue así como los primeros exiliados españoles llegaron en 1938.

“Al principio la CEM no tuvo edificio ni programas propios, pero dos años después se convirtió en El Colmex y adquirió programas propios, un lugar y una entidad dentro del sistema educativo mexicano”, relata.

—Parece obvio el valor de la CEM.

—El valor está en los mensajes. Por un lado, la generosidad del gobierno mexicano, en la inteligencia de hacer un proyecto no fastuoso y el trabajo que se propuso con gente que realmente no teníamos en el país. Recordemos que esos intelectuales tradujeron a los grandes pensadores de la época, como Carlos Marx, Max Weber y Martin Heidegger. ¡Imagínate! Gracias a ellos y a que existió el Fondo de Cultura Económica (FCE) pudimos tener a estos pensadores en español.

—Pareciera que la palabra ‘exiliado’ no siempre ha resultado aceptada.

—Al llegar a México, ellos se reconocieron como exiliados. Pero José Gaos hablaba más de un transtierro y pasaron a ser los transterrados. Otro nombre que me encanta es ‘España peregrina’ que refleja cómo en México encontraron el mismo idioma, la misma religión, e incluso similitudes entre la Revolución Mexicana y el proyecto político de Cárdenas con el proyecto político de la república española.

—No podría omitirse el nombre de Joaquín Diez-Canedo.

—Desde luego, fue el hombre que fundó la emblemática editorial Joaquín Mortiz, donde publicó la literatura mexicana joven y donde pasaron los grandes escritores de nuestra época: Carlos Fuentes, Octavio Paz y José Emilio Pacheco. Sin duda la deuda que tenemos con él es impresionante.

—¿Cómo ve México a 75 años de este hito?

—México ya tiene un sistema universitario bueno, con instituciones importantes a nivel internacional, como la UNAM, el CIDE, el IPN y El Colmex; incluso las universidades de provincia han mejorado notoriamente en los últimos 30 años… Hoy la universidad superior mexicana está relativamente en buen estado.

ACTIVIDADES. En el marco de los 75 años de la CEM, el Colmex ha preparado una jornada conmemorativa que se llevará a cabo del 2 al 4 de septiembre en la sala Alfonso Reyes de dicha institución.

El 2 a las 18:00 horas se transmitirá el documental Jesús Bal y Gay: la ventana ignorada y el Coro de El Colmex ofrecerá un concierto de música clásica y canciones de la Guerra Civil. Al siguiente día se inaugurará una exposición fotográfica sobre El Colmex y se presentarán tres libros: Palabras para Alfonso Reyes, Memoria de José Moreno Villa y Elvira Gascón retratista.

Y por último, el miércoles 4 de septiembre se entregará el Premio Alfonso Reyes 2013 al filólogo y académico Francisco Rico, quien impartirá la conferencia magistral Los hermanos Raymundo y María Rosa Linda y su aportación a la filología hispanoamericana.

Para leer la nota original, visite:

http://www.cronica.com.mx/notas/2013/778658.html

Para leer la nota original, visite: http://www.cronica.com.mx