“El primer texto en español de América” por Virginia Bautista en Excélsior

Jueves, 26 de Julio de 2012
“El primer texto en español de América” por Virginia Bautista en Excélsior
Foto: Excélsior

El escritor y antropólogo Luis Barjau publica un documento que cita la merced de tierras con que Cortés dotó de gubernaturas a Tlamapanatzin y Atonaletzin.

La "Merced de tierras" que Hernán Cortés firmó el 20 de mayo de 1519 como pago a los principales indígenas Tlamapanatzin y Atonaletzin por haberle mostrado un antiguo códice, con la que los dotó de forma vitalicia y hereditaria de las gubernaturas de sus pueblos, es el primer documento escrito en español en Mesoamérica, afirma sin dudar el escritor y antropólogo Luis Barjau (1943).

El original del texto escrito por el entonces futuro conquistador de la gran Tenochtitlán, recién desembarcado en Veracruz, en el que se asienta por primera vez el mito de Quetzalcóatl, se encuentra desaparecido, explica el especialista.

Pero su contenido fue citado en el manuscrito Real ejecutoria de S.M. sobre tierras y reservas de pechos y paga perteneciente a los caciques de Axapusco, de la jurisdicción de Otumba, firmada por el rey español Carlos V en 1526 y despachada en su Real Consejo de Indias en 1537; mismo que ahora se publica en el libro Hernán Cortés y Quetzalcóatl (El Tucán de Virginia).

La autenticidad de este testimonio, que se conserva en el Archivo General de la Nación como parte del volumen 1466 del ramo de tierras, ha sido puesta en duda en tres ocasiones con argumentos distintos a lo largo de la historia, pero no había sido estudiado a profundidad desde hace 146 años, cuando José Fernando Ramírez realizó una paleografía, refiere Barjau.

“Yo lo estudié y llegué a la conclusión de que es auténtico, no es apócrifo, y es el primer texto importante escrito en español en Mesoamérica. Me pareció pertinente, a la luz de los actuales descubrimientos históricos, hacer una nueva paleografía y hallé muchas cosas interesantes”, señala en entrevista el especialista del mundo prehispánico.

Cortés sólo escribió meses antes en Cozumel una pequeña nota avisando de su llegada a Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero, quienes naufragaron en 1511 en las costas mayas y fueron hechos prisioneros. Les informó que los rescataría.

Barjau dice que la "Merced de Tierras" citada en la Real ejecutoria… tiene dos aspectos de extrema importancia. “Se menciona por primera vez el mito de Quetzalcóatl y se hace referencia a un códice desaparecido que era propiedad del primer tlatoani de México, Acamapichtli. Supongo que el que yo llamé Códice Acamapichtli se fue con los regalos que Cortés mandó de inmediato al rey Carlos V.

“Pero lo importante de este códice está revelado en la ejecutoria. Hablaba de las tradiciones religiosas más antiguas de los nahuas, de la naturaleza de la religiosidad mexica, de la estructura del poder (el sumo sacerdote, los militares, los guerreros, los comerciantes) y de la organización y costumbres de Tenochtitlán. Era un códice extremadamente valioso y Cortés lo supo aprovechar”, agrega.

¿Por qué los principales indígenas le llevaron el Códice Acamapichtli a Cortés cuando era incierto y remoto que pudiera conquistar Tenochtitlán? Ésta, destaca el pionero en la revaloración de la Malinche, es una de varias cuestiones que no quisieron enfrentar los denostadores del documento.

“Tlamapanatzin era pariente de Moctezuma II y Atonaletzin era descendiente de Acamapichtli. Eran hombres embebidos en la sabiduría indígena antigua y creían en el mito de Quetzalcóatl, que anticipaba que seres barbados regresarían del confín del mar, más que en el propio Moctezuma”, detalla.

“Se colaron con los embajadores que Moctezuma envió a Cortés con regalos y tlacuilos para dibujarlo. Primero le hablaron del códice y éste lo pidió de inmediato. Luego se lo llevaron y se encerró seis horas con la Malinche y Jerónimo de Aguilar, a quien rescató en Cozumel, ambos hablantes del maya, para estudiarlo”, añade.

Cortés pagó a los indígenas principales con una "Merced de tierras" que los hizo, a ellos y a sus descendientes, gobernadores vitalicios de sus pueblos. “Cargos que ocuparon durante siglos. Éste es un dato que verifica la autenticidad de la merced, porque no existía la gubernatura vitalicia en pequeños reinos. E incluso para finales del siglo XVIII sigue un juicio en el que los descendientes de los principales reclaman sus derechos de gubernatura. Todo está documentado”.

Historia cuasi policiaca.

Barjau admite que la Real ejecutoria…, publicada en 1866 por el historiador Joaquín García Icazbalceta, ha tenido una historia casi policiaca. “Quien negó por primera vez su autenticidad fue Bernardo Couto, un abogado de Tlaxcala, un criollo que era entendido más en artes pictóricas; pero no era un conocedor de documentos antiguos mexicanos, no sabía náhuatl, ni paleografía, ni arqueología.

“Creo que su opinión fue un poco aventurada. Se la mandó por carta a Icazbalceta. Decía que tenía muchas fallas, que era incongruente, que tenía lagunas. Y, sí, los documentos antiguos son así, están llenos de problemas, tienen manchones, lagunas, suturas. Icazbalceta no se atrevió a emir un juicio sobre la falsedad o la veracidad del documento, dijo que lo publicaba para que en el futuro los investigadores lo analizaran”, explica.

Recientemente también dudó de su autenticidad José Luis Martínez: “Creo que se dejó influir mucho por el debate antiguo sobre el documento y no lo estudió bien, no era importante para él”.

El miembro fundador de la Academia Mexicana de Ciencias Antropológicas apunta, tras realizar una nueva paleografía, que “retomarlo es sacar a colación una parte de la historia de México que es necesario revalorar, saltarnos los clichés y prejuicios que se formaron con la historia oficial.

“Su estudio pone sobre la mesa un modo nuevo de entender los problemas esenciales del primer capítulo de la historia del país, la llegada de Cortés. Es vital para establecer un nuevo modo de ver nuestro pasado, de reestructurar nuestra memoria, conocernos a nosotros mismos y ver quiénes somos con mayor exactitud”, concluye.

La discusión interminable

Víctor Manuel Mendiola, editor de El Tucán de Virginia, se siente orgulloso de haber publicado Hernán Cortés y Quetzalcóatl, pues además de la copia del documento original de la Real ejecutoria…, escrito en 52 hojas manuscritas, su trascripción paleográfica y su resumen, el volumen integra una breve historia del texto y sus juicios legales: la objeción de Bernardo Couto, la demostración de Fernando Ramírez y la nueva objeción de José Luis Martínez.

“Es un texto que está a discusión. Algunos lo consideraron falso, y otros verdadero. Si es verdadero, estamos ante el primer documento de relevancia escrito en una lengua occidental en América, en español. Y si no es verdadero nos pone en relación con un tema fundamental de la historia de México que vale la pena volver a pensar.

“Nos pone ante el hecho de la verdad y la mentira de un texto, qué nos dice un texto verdadero y qué nos dice uno que no lo es. Si fue falseada esta Merced, aun ha dicho muchas cosas. Es un fenómeno de interpretación del lenguaje”, dice en entrevista.

“Cuando Luis me mostró el libro me provocó un enorme interés por sus implicaciones históricas y literarias”, explica.

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