El pasado jueves 28 de febrero, el pleno de la Academia Mexicana de la Lengua eligió a Rodrigo Martínez Baracs como nuevo miembro de número a propuesta de Miguel León-Portilla, Ascensión Hernández Triviño y Silvia Molina. Será el quinto ocupante de la silla XXXIII, vacante por el fallecimiento de Álvaro Matute; antes la ocuparon Elías Trabulse, quien cambió a miembro correspondiente en San Diego, California, Roberto Moreno y de los Arcos y José Ignacio Dávila Garibi.
Rodrigo Martínez Baracs nació en la Ciudad de México el 8 de octubre de 1954. Es doctor en Historia y Etnohistoria por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) del INAH, donde da clases, y es profesor-investigador en la Dirección de Estudios Históricos, también del INAH.
Historiador, filólogo, lingüista, escritor, el nuevo miembro de la corporación es un investigador de reconocido prestigio, cuyos intereses se han centrado en los siglos XVI y XIX. Sus estudios han explorado diversos aspectos de la Conquista de México, en las perspectivas de la larga, mediana y corta duración, centrándose en los aspectos económicos, políticos, sociales, culturales, lingüísticos y religiosos, en diferentes momentos y regiones, sin dejar de lado la historiografía, la bibliografía y la documentación. Es uno de los estudiosos más calificados de Joaquín García Icazbalceta, quien es una referencia y fuente de inspiración para Martínez Baracs. También se ha ocupado de la vida, obra y biblioteca de su padre, José Luis Martínez, de cuyos epistolarios con Alfonso Reyes, Octavio Paz, Carlos Monsiváis y Miguel León-Portilla se ha hecho cargo de la edición.
Entre sus libros pueden mencionarse: La vida michoacana en el siglo XVI. Catálogo de los documentos del siglo XVI del Archivo Histórico de la Ciudad de Pátzcuaro, México, INAH, 1999, con Lydia Espinosa Morales; La secuencia tlaxcalteca. Orígenes del culto a Nuestra Señora de Ocotlán, México, INAH, 2000; Convivencia y utopía. El gobierno indio y español de la "ciudad de Mechuacan", 1521-1580, México, FCE, INAH, 2005; Caminos cruzados. Fray Maturino Gilberti en Perivan, Zamora, El Colegio de Michoacán, INAH, 2005; La perdida Relación de la Nueva España y su conquista de Juan Cano, México, INAH, 2006; La biblioteca de mi padre, México, Conaculta, 2010; y El largo descubrimiento del Opera medicinalia de Francisco Bravo, México, Conaculta, FCE, 2014.
Entre sus ediciones pueden mencionarse: Alonso de Zuazo, Cartas y memorias, 1511-1539, México, Conaculta (Cien de México), 2000; Octavio Paz y José Luis Martínez, Al calor de la amistad. Correspondencia 1950-1984, México, FCE, 2014; Joaquín García Icazbalceta. Número especial de la revista Biblioteca de México, 143, septiembre-octubre de 2014; De la A a la Z. El conocimiento de las lenguas de México, con Salvador Rueda Smithers, México, INAH, 2015; Entre sabios. Joaquín García Icazbalceta y Henry Harrisse. Epistolario, 1865-1878, Edición bilingüe, con Emma Rivas Mata, México, INAH, 2016; Alfonso Reyes y José Luis Martínez, Una amistad literaria. Correspondencia 1942-1959, con María Guadalupe Ramírez Delira, México, FCE (Tezontle), 2018; Las lenguas de México. Diálogos historiográficos, con Bárbara Cifuentes, México, Sociedad Mexicana de Historiografía Lingüística, UNAM (Instituto de Investigaciones Bibliográficas), 2018. Sus artículos y reseñas se pueden leer en el sitio de internet academia.edu.
En 1991 recibió el Premio de Crónica Histórica del Conaculta, INBA; en 2006 una Mención Honorífica del Premio de Historia Colonial de América Silvio Zavala del Instituto Panamericano de Geografía e Historia, el Premio Clavijero del INAH, de Historia y de Etnohistoria, y el Premio Edmundo O’Gorman de Teoría de la Historia e Historiografía; y en 2013 el Premio a la mejor reseña de Historia Antigua que otorga el Comité Mexicano de Ciencias Históricas. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, presidente de la Sociedad Mexicana de Historiografía Lingüística y miembro de número de la Academia Mexicana de la Historia, donde funge como secretario.
Ciudad de México, 4 de marzo de 2019
