Poema del día

Siete poemas para esta semana. Selección de Felipe Garrido

Domingo, 27 de mayo de 2018
Por: Felipe Garrido

Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.

Lunes

Árbol de mi vida

Vuélvome a ti para buscar tus flores,
y oír el son de tu ramaje umbrío,
y beber en tus hojas el rocío
que beben tus alados ruiseñores.
Arrúllenme tus lánguidos rumores
y tu sombra protéjame, árbol mío,
tronco robusto que hallará el estío
plantado en la heredad de mis mayores.
Árbol pomposo de mi errante vida,
vuélvome a ti cuando al pasar los años
los dones busco de la edad cumplida;
mas, ¡ay!, qué en triste y silencioso yermo,
te hieren sin piedad los desengaños
y al polvo inclinas tu ramaje enfermo.

Agustín F. Cuenca (1850-1884)
Poesía mexicana I, 1810-1914
Introducción, selección y notas de José Emilio Pacheco
Promexa, México, 1979

Martes

Canto XXXIII

Se vuelve…
Norte, sur,
este y oeste;
sus miembros.
La distancia no son pasos,
milimétricos espacios de llama:
sus manos,
canta la flor
rosa de los vientos
inserta en la madera:
su espalda,
estrías de luz
manto de reina
Habatzeleth en el valle:
su cabellera,
acariciada ondulación
por versos en los besos
esmaltados de mar
por el mar, amar el mar.
Se vuelve…
Magdalena, de la cruz ha bajado.

Alejandra Atala (1958)
Reposo del silencio
Editorial Porrúa, México, 2008

Miércoles

De “Caja balsámica de alabastro”

[…] Tanto en la actualidad como en la antigüedad de nuestra literatura, nunca se ha logrado sostener un poema exclusivamente basado en las emociones. Éste tiene que ser conducido por un intelecto poderoso, que sepa no dejarse dominar por sentimientos demasiado personales. Una vez en estos terrenos, muchas e inagotables son las indagatorias, las maneras de decir; y eso sí dependerá de cada quien.
Si tuviéramos que marcar la diferencia –haciendo alarde de sumo atrevimiento– entre poesía femenina y masculina, uno de los asuntos que llaman la atención es el modus operandi. En general, la masculina parte de la observación del mundo, para hallarlo reflejado, más tarde y más adelante, en el interior individual. La femenina procede al revés: surge de la observación de sí misma, para encontrar su espejo en el mundo después. […]

Pura López Colomé (1952)
Prólogo a Reposo del silencio, de
Alejandra Atala
Editorial Porrúa, México, 2008

Jueves

Nos quieren volver a matar

I
Sí, indigna la piel arrancada a un pueblo
que bebe la sangre
de un país sin rostro y sin memoria
Sí, indignan las indiferencias y las traiciones.
Pero también indigna marchar hacia el olvido
vociferar al aire
rebotar ecos en muros virtuales y blindados
secarse la lluvia
encender el televisor
y un porro y otro
y esperar
y esperar
esperar más sangre para otra marcha.

II
Tantas voces a una voz…
“Nos quieren volver a mater”
una y otra vez
se aviva el fuego de un infierno
y no basta marchar a la luz de una vela
no bastan los silencios y los gritos
hay que incendiar las banderas a media asta
quemar los afiches caducos
hay que encender la memoria de todas las muertes
y no de unas cuantas
hay que incendiar el infierno
y sacudir el olvido.

Rodrigo de Gardenia (1977)
Vagabundo amor
El Rincón del Quijote, Puebla, 2016

Viernes

Poema de amorosa raíz

Antes que el viento fuera mar volcado,
que la noche se unciera su vestido de luto
y que estrellas y luna fincaran sobre el cielo
la albura de sus cuerpos.
Antes que luz, que sombra y que montaña
miraran levantarse las almas de sus cúspides,
primero que algo fuera flotando bajo el aire;
tiempo antes que el principio.
Cuando aún no nacía la esperanza
ni vagaban los ángeles en su firme blancura;
cuando el agua no estaba ni en la ciencia de Dios,
antes, antes, muy antes.
Cuando aún no había flores en las sendas
porque las sendas no eran ni las flores estaban;
cuando azul no era el cielo ni rojas las hormigas,
ya éramos tú y yo.

Alí Chumacero (1918-2010)
Páramo de sueños
UNAM, México, 1944

Sábado

De “Variaciones sintácticas”

Duermevela
Un cuerpo claro se desplaza limpiamente en el cielo. Usted enciende sus motores y despega vertical. Ya en plena aceleración, corrige su trayectoria y se acopla con ella en el perigeo.
Hizo un cálculo perfecto. Se trata de un cuerpo de mujer que sigue como casi todas una órbita elíptica.
En el momento preciso en que los dos van a llegar a su apogeo, suena el despertador con retraso. ¿Qué hacer?
¿Desayunar a toda velocidad y olvidarla para siempre en la oficina? ¿O quedarse en la cama con riesgo de perder el empleo para intentar un segundo lanzamiento y cumplir su misión en el espacio?
Conteste con toda sinceridad. Si acierta le enviamos a vuelta de correo y sin costo alguno, la reproducción del cuadro que Marc Chagall ha pintado especialmente a todo color para los lectores interesados en el tema.

Juan José Arreola (1918-2011)
Narrativa completa
Prólogo de Felipe Garrido
Alfaguara, México, 2013

En estos momentos…
En estos momentos soy un racionalista y un materialista completo. Creo en un movimiento interior. Creo en una plenitud que viene de otros lugares y me llena como un vaso de licor, y que me sale por la boca y los ojos en forma de palabras o lágrimas, y me eriza los cabellos. Estoy henchido. Creo en el ángel de la inspiración.

Juan José Arreola (1918-2011)
La palabra educación
SEP, México, 1973

Domingo

Las ballenas y las frutas…

Las ballenas y las frutas,
la celulosa fina del agave
cicatrizan del mismo modo:
las cortezas de los árboles, las hojas con plaga,
los pupitres, las paredes, las ventanas
de autobuses y vagones
se vuelven distinguibles por la mutilación
que los nombra.
Después del impacto con las hélices
después de la sangre y las navajas
no podemos saber de su dolor,
sólo una estadística,
una gráfica.
Las cicatrices que tengo
no son tan profundas:
mi piel no es tan gruesa.
El ardor familiar del cuchillo
como el dolor esperado
del segundo tatuaje.
Hacerlo a escondidas,
elegir con la vista
dónde entraría el filo.

Aurelia Cortés Peyron (1986)
Antología de letras, dramaturgia, guion
cinematográfico y lenguas indígenas
Fonca, México, 2017


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