Refrán popular que funciona como una manera de exigir el pago a un trabajo realizado cuando resulta inferior a lo esperado. Tiene forma exclamativa connativa. Hay rima consonante entre las dos partes del refrán: de hecho funciona como una interjección cuyo significado sería la orden perentoria "¡paga!" a lo que contribuye la secuencias "zas, zas ..vas".