Refrán popular del ya referido refranero de la pendejez que en forma exclamativa significa lo que enuncia. Suele funcionar como valoración por gente que con ello acredita muy bien su pertenencia al gremio. Rubio conjetura si ello se debe a una "mal contenida envidia o injustificado menosprecio para mortificar a quienes tienen dotes de calígrafo."