Sólo quien sufre la pena sabe lo que duele. Es un refrán popular que imagina las penas como un fardo pesado que se carga sobre la espalda ya como un costal, ya como un cajón de muerto: sólo el que los carga sabe lo que pesan. Tiene la forma de una declaración constatativa estructurada en dos hemistiquios octosílabos sin rima.