Refrán popular que significa que un depredador del tipo que sea no admite competencia. Rubio lo aplica a la competencia entre ladrones: "por el ladrón, como ejemplo, que se escandaliza cuando otro roba". Tiene el mismo sentido paremiológico que el refrán "una tamalera siente que otra se le ponga enfrente". Variante: "siente un gato que otro arañe" (F. 38, 60, 90, 116 y 122).