Refrán ranchero que significa que quien tiene una actividad debe ocuparse de ella pues, de lo contrario, se le irá de las manos. Tiene semejanzas estructurales con el refrán que dice "el que tenga tiene que la atienda y si no que la venda". El presente refrán se construye sobre la consonancia entre "hacienda" y "atienda" como el otro lo hace sobre la consonancia entre "tienda" y "atienda". Las conclusiones, en cambio, son distintas: en el caso de la tienda se aconseja que la venda; en el de la hacienda, en cambio, la sentencia es que la perderá.