Refrán popular que expresa, en forma sentenciosa, que cuando alguien habla de alguna realidad es porque tiene experiencia de ella. Se usa como una recriminación hacia alguien que quiere estar previniendo o dando consejos a fin de que su interlocutor no caiga en un vicio o, en general, en tal o cual situación mala. Variante: "el que da razón del camino, es porque andado lo tiene" (F. 12 y 116).