Refrán que enseña que no se ha de agitar lo que no se puede o quiere afrontar. Rubio lo aplica a "cuando un hombre hace insinuaciones a una mujer con la cual no son posibles las relaciones". El refrán tiene el mismo sentido paremiológico que refranes españoles como "agua que no has de beber, no la pongas a hervir"; o bien, "déjala correr". Parte del supuesto de la tradición paremiológica española de que "agua que corre nunca mal coge", como dice Correas. El refrán tiene la forma de una prohibición en dos hemistiquios octosílabos asonantados. La estructura prohibitiva "no debe moverse.." es equivalente a estructuras como "no hay que + verbo".