Refrán popular perteneciente a la paremiología de la pendejez que significa que el pendejo no puede hacer nada bien, ni las cosas que funcionan por sí mismas: como el arder de la pólvora. Los refranes de esta serie, como se ha dicho, argumentan a partir de acciones estúpidas que se llevan a cabo al intentar realizar algo que todo mundo hace sin problemas. El colmo del pendejo, pues, es que le pasen ese tipo de cosas mientras intenta realizar cosas inocentes. Por eso: "con pendejos ni a bañarse, porque hasta el jabón se pierde"; "con pendejos ni a misa, porque se hincan en gargajos".