Los ineptos siempre buscan pretextos para justificarse y, por tanto, le echan la culpa a cualquier cosa, desgracia, catástrofe, situación o desventura que les ha sobrevenido. Su sentido paremiológico es el mismo de refranes como "cuando el arriero es malo le echa la culpa al burro" o "de que el escribiente es malo, le echa la culpa a la pluma" o, en fin, "de que la partera es mala le echa la culpa al culo".