Dicho popular que dice lo que enuncia. En sentido paremiológico, según Rubio, significa que sólo quien es activo y diligente logra lo que se propone. Tiene, según él, el mismo sentido paremiológico que "el que se duerme no cena, y el que cena se desvela" que viene siendo, por ello, como una variante suya. Subyace a él un tópico muy difundido en el refranero mexicano: el optimismo liberador. A saber: a quien se ayuda, Dios lo ayuda o la suerte es algo que está a la mano de cada quien. Es decir: para lograr algo hay que poner lo que esté de su parte. Por eso refranes como "al que madruga, Dios lo ayuda" o "a Dios rogando y con el mazo dando".