Refrán popular originado en las luchas interétnicas tanto novohispanas como del siglo XIX, cuyo probable enunciador original es un mestizo, que significa lo que dice. Ya desde el siglo XVII novohispano tuvo lugar un cuidado y extenso programa criollo para los símbolos de identidad autóctonos que diferenciaran, sin lugar a dudas, lo criollo y lo mestizo novohispanos de lo español. La sociedad del siglo XIX, sin embargo, tras los reacomodos de la guerra de independencia queda conformada por criollos, mestizos e indígenas. Sus hemistiquios tienen rima consonante.