Se trata de un refrán-caso o refrán-ejemplo que, desde el punto de vista argumentativo, corrige una dirección argumentativa que estaría dada por un postulado del tipo "a causas pequeñas, efectos pequeños, a causas grandes, grandes efectos" o, mejor, "el efecto es proporcional a la causa" que se ha conservado en formulaciones como "causa cessante, cessat effectus" -cesando la causa, cesa el efecto"- o el inverso "effectus durat, durante causa". Como en otros refranes, la fuerza de este refrán se basa en su carácter de exemplum retórico que finca en la excepción su necesario aspecto universalizante: "no siempre el efecto es proporcional a la causa". Todo ésto tiene una base empírica manifiesta que intenta contradecir el referido tópico de causa aequat effectum. De esta lógica participan los refranes "hay veces" del refranero mexicano. Variante: "a veces un ocotito provoca una quemazón" (F. 90 y 132).