Refrán ranchero que en forma de una sentencia dice lo que enuncia. Subyace a él el tópico, muy presente en el refranero mexicano, de que un pendejo no vale nada. De allí se sacan una serie de consecuencias en que se basan refranes como éste, según el cual no hay que hacerles caso, u otros como el que dice "con pendejos ni a bañarse porque hasta el jabón se pierde". Variante: "hacer caso de pendejos, es engrandecerlos" (F. 66 y 90).