Refrán popular de origen ranchero que, paremiológicamente, se usa para censurar los hábitos inveterados. Variantes: "gallina que come huevo, aunque le corten el pico" (F. 24, 90 y 122); "gallina que come huevo, ni que le quemen el pico" (F. 24); "gallina que da en comer huevo, aunque le quemen el pico" (F. 110); "perro que come huevo, aunque le quemen el hocico" (F. 24); "perro que da en comer huevos, aunque le quemen el hocico" (F. 37 y 113).