Bajo la metáfora de un camote la vida es concebida como algo difícil de "tragar". De allí la invitación a vivir las cosas de la vida como vienen. Variantes: "esta vida es un camote, y el que no la goza es raíz" (F. 116); "esta vida es un camote, y el que no la traga se ahoga" (F. 110); "esta vida es un camote, y el que no lo come es raíz" (F. 90 y 116).