Frase popular de tipo didáctico que pertenece al cercano campo nocional de las frases célebres. Tiene la forma de un juego de palabras en estructura de un retruécano o quiasmo con la secuencia "pensar + hablar ... hablar + pensar". Significa lo que enuncia aunque vaya en contra de la corriente lingüística que considera al lenguaje como ropaje del pensamiento. Su carácter paremiológico es casi nulo.