El vivir a costa de otra persona debe evitarse. Varios refraneros mexicanos, entre ellos el de Darío Rubio, ponen primero al "muerto" que al "arrimado" diciendo "el muerto y el arrimado a los tres días apestan". El refranero español, en cambio, tiene un refrán en donde los elementos de referencia aparecen en el mismo orden que en este texto: el arrimado, primero, y luego el muerto. Por ejemplo: "el huésped y el pece, a los tres días hiede". "Arrimado", dice Rubio, "voz un poco enérgica y muy despreciativa en este sentido, es, en México, el que vive y come en casa que no es la suya". Está estructurado en forma de dos hemistiquios octosílabos, sin rima.