Refrán ranchero de corredores de caballos que significa, en sentido literal, que el arranque en una carrera de caballos es el momento más problemático y, en sentido paremiológico, que todos los comienzos son difíciles. El texto está estructurado en dos hemistiquios relacionados entre sí mediante rima consonante. Por lo demás, este es un caso típico en que un refrán, tradición oral por excelencia, pierde el ritmo por funcionar en una cultura híbrida, entre lo oral y las otras formas como lo escrito y lo visual: el segundo hemistiquio debiera decir "y no muy seguro". El "pero" adversativo del segundo hemistiquio está fuera de lugar por incoherente. Tiene la forma de una sentencia.