Refrán popular que significa, en el contexto figurativo de una procesión de pueblo, que después de los momentos de responsabilidad seria viene la diversión. El "misterio" a que se refiere el refrán, es la pieza de música que se solía tocar en las procesiones en que se rezaba el rosario. El "cohetito", en cambio, tiene su origen en el cohete que se quemaba al cesar la música: se refiere aquí, sin embargo, al "cuete" o copa de vino a que se refiere esta invitación entre músicos. El refrán, pues, es una invitación al cuetito más que al misterio. Tiene el mismo sentido paremiológico que el refrán "un rato de Cristo y otro de pisto". Tiene la forma de una invitación.