Refrán popular que en forma sentenciosa significa lo que enuncia: cuando el pobre, para poder comer, tiene que echar mano hasta de sus gallinas, que dentro de su economía complementaria le funcionan como dinero en efectivo, es indicio de que las cosas andan indudablemente mal en lo económico. Tiene rima asonante entre sus dos partes. Forma parte del refranero de la pobreza.