Dicho de charros que dice lo que enuncia. Su sentido paremiológico es siempre el literal. El mundo de la charrería tiene una serie de rasgos y prejuicios sobre los rasgos externos y físicos de los caballos sobre los que cifran sus preferencias. Está formulado en forma de sentencia casuística cuyo primer hemistiquio, sin sinalefa, es un octosílabo que rima con el segundo que en forma lapidaria y sentenciosa expresa la sanción.