Refrán que sentencia que un arriero no vende sus mulas sino cuando tienen algún defecto grave. En este caso: o tira coz o recula. Se emplea para situaciones en que se sospecha que de tras de una operación inocente puede ocultarse un grave inconveniente. El texto está estructurado en forma de dos hemistiquios octosílabos rimados. Desde el punto de vista sintáctico, el refrán tiene un inconveniente: gramaticalmente el sujeto de "tira coz o recula" es "arriero"; lógicamente, en cambio, el texto se refiere a la "mula" que es puesta en venta.