Tiene el mismo sentido que "a la mejor cocinera se le queman los frijoles" y que "a la mejor cocinera se le va un garbanzo entero". El lector puede ver lo dicho de esos refranes. Se trata de un refrán que refrán que excusa galantemente un error eventual bajo el tópico argumentativo de que hasta el mejor se equivoca alguna vez. La rima consonante entre ambos hemistiquios exigiría que se hablara más bien de un cocinero. Así: "al mejor cocinero se le va un tomate entero".