Refrán popular en forma de sentencia que en sentido literal dice lo que enuncia y en sentido paremiológico se usa para significar que a las personas viejas no les faltan achaques. Variante de forma declarativa: "al jacal viejo no le faltan goteras" (F. 48, 49, 64, 66, 80, 90, 116, 119, 131 y 132).