Refrán popular de enunciación exclamativa que expresa la conformidad absoluta ante las cosas que se tienen o de las que se carece en la vida. Según Rubio, "equivale a un piropo, una argumentación, una manifestación amorosa hecha por el hombre, directamente, a la mujer que le gusta". Variante: "Dios me dé lo mío, para no desear lo ajeno" (F. 66); "Dios me dé lo mío, para no envidiar lo ajeno" (F. 90 y 132).