ni la pólvora arde en manos de pendejos
ni modo de hacer correr, a la que está corveada
ni modo de irlas a ver, cuando las andan cuidando
ni montes yegua parida, ni lleves perro en la vida
ni mujer que hable latín, ni hombre que hable como gachupín
ni mujer que otro ha dejado, ni caballo emballestado
ni mula alazana, ni mujer poblana
ni prestes lo que te sirve, ni admitas lo que te estorbe
ni qué espulgarle a la que es pelona