Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
ALGUNOS COLORES se manifiestan en español por medio de adjetivos, que, como todo adjetivo, conciertan con el sustantivo en género y número: "libro blanco", "historia negra", "libros blancos", "historias negras". Hay otros empero que se designan mediante sustantivos que nombran, por ejemplo, flores, frutas, metales...: rosa, lila, naranja, aceituna, cobre, platino, etc. Decimos así "blusa rosa", "suéter lila", "cuadro naranja", "pelo platino"... Realmente éstas son versiones abreviadas de enunciados, en donde se elimina el sintagma color de. La versión no abreviada sería blusa del color de la rosa. No todos los sustantivos que podrían designar colores tienen la misma vitalidad entre los hablantes. Tal vez entre los más comunes podrían mencionarse rosa, naranja, violeta; ejemplos de sustantivos no muy usuales para designar colores serían cobre, aceituna, limón. Los sustantivos más frecuentes con esa función suelen sentirse, por parte de los hablantes, como adjetivos plenos y, como tales, se usan en plural: "blusas rosas", "suéteres naranjas", "vestidos violetas". Ello no sucede con los menos usuales: "blusas *aceitunas", sea por caso, resulta un enunciado raro para la mayoría de los hablantes. Quizá se preferiría decir "blusas aceituna". La pluralización de estos sustantivos en función de adjetivos es, por tanto, una tendencia que se aprecia sólo en ciertos casos y en algunos textos orales u escritos, no en todos.
        Estos fenómenos de enunciados abreviados pueden observarse también cuando al color, manifestado por un adjetivo, sigue un modificador (adjetivo o sustantivo) que lo especifica: "traje gris perla", "equipo azulgrana", "tono verde olivo"... En estos casos, cuando el sustantivo al que se refiere el color es plural, suele permanecer invariable la totalidad del sintagma que designa el color: "trajes gris perla", "equipos azulgrana", "tonos verde olivo", mejor que "trajes *grises perlas", "trajes *grises perla" o "trajes *gris perlas", "equipos *azulgranas", "tonos *verdes olivos", etcétera.
        En resumen: en la lengua culta suele, en la casi totalidad de los casos, conservarse invariable el sustantivo que, en construcciones abreviadas, designa colores. Probablemente, cuando el sustantivo es ya percibido más como un simple adjetivo (el caso más evidente es rosa), pueden encontrarse pluralizaciones aun en los buenos escritores: "blusas rosas". Esto es sin embargo una excepción. En casi todos los casos la lengua culta tiende a dejar invariable el sustantivo que está funcionando con el valor semántico de color, aun en el caso de rosa: "labios rosa", "flores carmín", "pantalones añil", "rubias platino", "tonos verde olivo", etc. Me parece que ésa es la norma recomendable.

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