Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
SUELEN CLASIFICARSE los neologismos en dos grupos. Al primero pertenecen los que podrían designarse como necesarios porque no existe en español una voz equivalente. Los neologismos superfluos forman el segundo grupo. La palabra esmog podría ser ejemplo de los primeros y angustiante (por angustioso) de los segundos.
        Dado que existen parejas como recreativo-recreacional, nutritivo-nutricional, informativo-informacional, imprudente-imprudencial, en las cuales todos los primeros vocablos (los terminados en -ivo o -ente) aparecen en el DRAE y los segundos (los formados con sufijo -al) no están registrados, podría pensarse que estos últimos son neologismos innecesarios o superfluos.
        Vale la pena sin embargo detenerse un poco en la verdadera significación que los hablantes asignan a cada voz, con objeto de determinar si pueden o no considerarse sinónimos. Tanto el sufijo -ivo cuanto el sufijo -al forman adjetivos que indican caracterización de persona o cosa; sin embargo sólo el primero tiene de manera predominante un carácter activo (alusivo es 'lo que alude', atractivo es 'lo que atrae', etcétera).
        En cuanto a los vocablos que aquí estoy considerando, parece obvio que recreativo es 'lo que recrea' frente a recreacional, que designa más bien 'lo relativo a la recreación'. Un parque puede ser recreativo y no recreacional; la política referente a la recreación es recreacional y no recreativa. Un alimento puede ser nutritivo (porque nutre); un médico puede recomendar un tratamiento nutricional (que tiene que ver con la nutrición). Hay revistas informativas (que informan) y asignaturas informacionales (referentes a la información). Por otra parte, según el uso, parece ser que sólo una persona puede ser imprudente; ciertas medidas de gobierno, ciertas formas de conducir un vehículo pueden llegar a ser imprudenciales.
        Con lo anterior no quiero decir que los neologismos recreacional, nutricional, informacional e imprudencial (entre otros muchos) deban necesariamente recomendarse como vocablos propios y bien formados. Simplemente quiero señalar que no parecen usarse con el mismo sentido que tienen otras voces muy parecidas en forma y en significación.

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