DEL LATÍN PUBLICUS y publicare proceden, en español, público y publicar; son cultismos casi crudos, pues prácticamente no muestran cambios fonéticos, que suelen darse en la gran mayoría de las voces latinas que evolucionaron en su paso al español.
Estas voces han dado lugar a varios neologismos que no tienen antecedente léxico en la lengua latina: publicidad, publicista, por ejemplo. En estos vocablos a la raíz se añaden los sufijos —idad e —ista, de gran vitalidad en español. Más interesantes, en una perspectiva morfológica, resultan otros derivados en los que parece producirse un curioso fenómeno que consistiría en formar vocablos que se asemejen a palabras latinas. Trataré de explicarme. La fonética histórica enseña que la t de palabras latinas se sonoriza en d en la evolución al español: amatu da amado, pratu produce prado, vita evoluciona a vida. Ahora bien, si se analizan con atención ciertos neologismos relacionados con público y publicar, como publicitario ('lo relativo a la publicidad') o el muy reciente publicitar (algo así como 'dar a conocer algo por medios publicitarios'), se observará que aparece en ellos una t que no tienen los primitivos de que proceden y que a primera vista parecería de origen latino, es decir una t no sonorizada. Son palabras que parecen latinismos crudos, aunque evidentemente no existe en latín ni el adjetivo *publicitarius ni el verbo *publicitare.
Puede pensarse que existen ciertas modificaciones en las raíces que, aunque siguen un "modelo" latino, tienen vigencia actual y se han convertido en procesos productivos en el español contemporáneo. Ése sería el caso de rodar-rodador-rotatorio, total-totalidad-totalitario, igual-igualdad-igualitario, y de público-publicidad-publicitario-publicitar. Podría pensarse que esa t sólo se da en sufijos (-atario, -itario, etc.); sin embargo puede observarse que la primera t de rotatorio (evidente "latinismo neológico", rota es 'rueda' en latín) no está en el sufijo.
Nótese finalmente que el neologismo publicitar no puede tacharse llanamente de superfluo, pues su significado más tiene que ver con el adjetivo publicitario o, si se quiere, con el sustantivo publicidad, que con el sustantivo (o adjetivo) público, con el que se relaciona el antiguo latinismo publicar, de significado muy diferente.