Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
TODOS COMPRENDEMOS la necesidad que cada disciplina del saber humano tiene de construir y usar múltiples tecnicismos neológicos, indispensables para la precisión propia de sus diversos planteamientos. Valga un solo ejemplo: el vocablo nominalización, con el sentido de 'transformación que se aplica a una proposición en la estructura profunda para convertirla en un sintagma nominal en la estructura superficial', es insustituible en la terminología de la gramática generativo-transformacional.
        Deben destacarse empero al menos dos características que aseguren la aceptabilidad de los tecnicismos: por una parte deben ser necesarios, es decir que no exista en el léxico común una voz que designe lo mismo; y por otra los constituyentes del vocablo (raíz, prefijo, sufijo, etc.) deben conservar algunos de los sentidos que les son propios. En el ejemplo, además de que en español no existe un vocablo que signifique lo mismo que nominalización, los sufijos que ahí intervienen (-izar y -ación) conservan los sentidos incoactivo (nominalizar: 'convertir en nombre algo que no lo era') y de acción o resultado (nominalización: 'resultado de nominalizar').
        En ciertas disciplinas, particularmente en las llamadas ciencias sociales, se produce con frecuencia el fenómeno de crear neologismos innecesarios o de formarlos sin tomar en consideración los habituales valores de los elementos constituyentes. En el segundo de estos supuestos entra el vocablo problematizar en contextos como el siguiente: "abordar esta relación hace necesario un marco referencial que problematice una serie de aspectos que actúan sobre el fenómeno". Independientemente del inconfundible "estilo" del texto, no cabe duda de que, conforme al valor del sufijo -izar, se debe entender aquí que el marco referencial convertirá en problemas una serie de aspectos (que no lo eran). Quizá el simple verbo analizar quepa más cómodamente en la oración transcrita.
        Ejemplos de neologismos técnicos innecesarios son visualizar y conceptualizar, en casos como "capacidad para visualizar y plantear problemas", o, quizá mejores ejemplos: "de ahí que la conceptualización de la polivalencia se concretiza (!) en..."; "la posibilidad de que ambas instancias conceptualicen de manera diferente la práctica profesional"; "el quehacer universitario y la formación profesional pueden ser conceptualizados a partir de...", etcétera.
        En el DRAE no aparece visualizar, aunque en algunas enciclopedias puede encontrarse esta definición: 'representar mediante imágenes ópticas fenómenos de otro carácter'; ¿eso querrá decir el texto citado?, ¿cómo serán esas imágenes ópticas que puedan representar los problemas?, ¿no resulta acaso más claro decir "capacidad para descubrir y plantear problemas"? Tampoco aparece en ese vocabulario el verbo conceptualizar, pero sí se define concebir, cuya segunda acepción es 'formar idea, hacer concepto de una cosa, comprenderla', que, a mi entender, es el sentido del neologismo en los ejemplos anteriores ("la posibilidad de que ambas instancias conciban de manera diferente la práctica profesional").
        Quizá se trate, con el uso de este tipo de vocablo (y otros muchos), de dar carácter "técnico" a discursos que no tienen necesidad de serlo. Lo único que se logra es oscurecer el mensaje y endurecer el estilo.

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