Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
NO TUVO TIEMPO la vigésima primera edición del DRAE de dar cabida, entre las varias acepciones del vocablo pilón, a una mexicana que tiene que ver con una costumbre hoy ya casi, por desgracia, desaparecida: lo que el comerciante obsequiaba al marchante, como una especie de premio por haber preferido hacer con él su compra. Procede pilón, con este sentido, del hecho de que antiguamente ese obsequio solía consistir en un trozo de azúcar hecho en pilón y era frecuente que se diera sobre todo a los niños. Todavía hace algunos años podía uno encontrarse con vendedores que, después de servida la cantidad de mercancía que se le había pedido, agregaban el pilón, es decir que regalaban al cliente un poco más de lo que había pagado.
        La palabra hoy, como se comprenderá, es de carácter plenamente histórico con ese sentido, aunque sí existe con el significado de 'lo que se añade a algo', o, más específico, el de 'añadidura', que recientemente incorporó la vigésima segunda entrega del DRAE. Lo que habría que inventar ahora es un término que designe lo que no pocos comerciantes sustraen de lo pactado, lo que falta al kilo o al litro que están vendiendo; puede decirse que son ellos quienes se administran su ilegítimo pilón, a costa del marchante, que ni siquiera se entera de ello.
        Quizá la voz que más se asemeja al pilón mexicano, entre las que consigna el DRAE, sea adehala (de origen árabe): 'lo que se da de gracia o se fija como obligatorio sobre el precio de aquello que se compra o toma en arrendamiento'. En América, tal vez con más frecuencia que pilón, se empleaba la voz llapa (o yapa o ñapa). El lexicón de la Academia da cuenta de llapa, que hace proceder del quechua y que define como 'añadidura, añadido'. Llapa, con el sentido de 'pilón' o 'adehala', parece provenir del lenguaje minero. En la segunda acepción de la entrada yapa se puede leer: 'azogue que en las minas argentíferas de América se añade al mineral para facilitar el término de su trabajo en el buitrón (horno)'.
        Que la palabra llapa (yapa o ñapa) tuvo más éxito que el mexicanismo pilón puede verse en el hecho de que tal vocablo pasó no sólo a muchos dialectos del español americano (algunas hablas mexicanas incluidas) sino también al inglés de los Estados Unidos.
        Don Victoriano Salado Álvarez, en un erudito estudio, indebidamente poco conocido de los nuevos estudiosos de la lengua española ("Méjico peregrino, mejicanismos supervivientes en el inglés de Norteamérica", publicado en las Memorias de la Academia Mexicana), nos enseña que lagniape (pronunciada lany-yap) es o al menos fue voz usada y estimada por importantes escritores estadunidenses. Salado Álvarez recoge una extensa cita nada menos que de Mark Twain, donde califica al vocablo como "a nice, tender, expressive, handy word", y lo juzga equivalente a la expresión inglesa "décimo tercer panecillo en la docena del tahonero".

Comparte este artículo

La publicación de este sitio electrónico es posible gracias al apoyo de:

Donceles #66,
Centro Histórico,
alcaldía Cuauhtémoc,
Ciudad de México,
06010.

(+52)55 5208 2526
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. 

® 2024 Academia Mexicana de la Lengua