Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
NO POCAS LENGUAS manifiestan una particular complejidad en el empleo de las preposiciones. El español es una de ellas. Aun el hablante nativo con cierta frecuencia tiene dudas sobre el uso correcto de algunos de estos nexos subordinantes. Me referiré a sólo un ejemplo, observable tanto en textos escritos cuanto en la lengua hablada.
        Si se consulta en un diccionario el vocablo para, podrá observarse que esta preposición introduce complementos de muy diversa naturaleza: de finalidad, destino, utilidad, objeto indirecto, etc. El DRAE, por ejemplo, le asigna 13 valores diferentes. Sin embargo a ninguno de ellos parece corresponder el que se expresa en enunciados como los siguientes: "para 1920 había 30 escuelas en el estado", "para 1930 el reglamento de pulquerías prohibía que...", "se rumoraba que para principios de ese año había huido a los Estados Unidos", "en enero abrió la tienda y para marzo ya había cerrado".
        La única acepción o valor de para que parecería avalar las construcciones transcritas es la número 3, que a la letra dice: "[para] se usa indicando el lugar o tiempo a que se difiere o determina el ejecutar una cosa o finalizarla: 'pagará para San Juan'". Como se ve, tampoco esta peculiar acepción equivale a la que se manifiesta en los ejemplos del párrafo anterior. Según la definición académica, en ese empleo propio de para se expresa un aplazamiento o posposición temporal y, por ende, algo futuro para el hablante, independientemente de que éste se refiera a algo anterior o posterior al momento de la enunciación. En otras palabras, se enuncia algo futuro en relación con el tiempo expresado por el verbo principal: "dice que pagará para San Juan" (futuro del presente); "había dicho que pagaría para San Juan" (futuro del pasado).
        Vuelvo a los primeros enunciados. En la oración "para 1920 había 30 escuelas en el estado", precisamente porque no se expresa una posposición o un aplazamiento, no hay tampoco futuridad alguna. Allí para no introduce un complemento semejante al que se observa en: "pagará para San Juan", aunque en ambas construcciones se estén expresando circunstancias de tiempo. En algunas de ellas ese para poco propio puede cambiarse simplemente por la preposición en: "en enero abrió la tienda y en marzo ya había cerrado", "en 1920 había 30 escuelas en el estado". En otras puede intervenir el nexo a: "se rumoraba que a principios de ese año había huido a los Estados Unidos". Creo sin embargo que en todos los casos esa impropia preposición para puede sustituirse por hacia, nexo que, entre otros significados, tiene el de 'aproximadamente', cuando se habla de situación en un lugar o en el tiempo, idea que parece subyacer en las expresiones que se vienen analizando: "hacia 1920 había 30 escuelas en el estado", "hacia 1930 el reglamento de pulquerías prohibía que...", "se rumoraba que hacia principios de ese año había huido a los Estados Unidos", "en enero abrió la tienda y hacia marzo ya había cerrado"."

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