Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
EL DRAE Y LOS DEMÁS DICCIONARIOS generales de la lengua española no incluyen la voz olán. Se trata de un sustantivo de empleo común en México (y probablemente en otros países o regiones hispanohablantes). De manera poco precisa suele entenderse por tal ese añadido que puede coserse en la parte baja de un vestido o falda y que tiene más vuelo que éstos. Alguien a quien pregunté de dónde pensaba que podría provenir el vocablo me dijo que tal vez de la palabra ola, en cuanto que los olanes parecen olas por su forma ondulada.
        Por mi parte creo que olán no es otra cosa que una desviación, tanto formal cuanto semántica, del sustantivo común holán (con hache), voz ésta sí documentada en varios lexicones, apócope de holanda (con minúscula), que significa 'lienzo muy fino de que se hacen camisas, sábanas y otras cosas' y relacionada también con holandilla ('lienzo teñido y prensado, usado generalmente para forros de vestidos'). Algunas enciclopedias (como la Salvat, por ejemplo) consideran como mexicanismo la palabra holán, lo que no hace el DRAE, que la consigna sin asignarle una región geográfica específica.
        Conviene desde luego aclarar que con el significado de 'lienzo muy fino...' y con hache (holán) no se emplea actualmente en México y, por tanto, habría que corregir la entrada correspondiente de la Enciclopedia Salvat. Si nos atenemos a lo que en su Diccionario de mejicanismos (de 1896) anota Ramos y Duarte en la entrada olán de color, tendríamos que olán (sin hache) se empleaba todavía a fines del siglo XIX con el sentido de 'muselina' (tela parecida a la llamada holanda). Anota en la misma entrada Ramos y Duarte: "hay una tela teñida y prensada, llamada holandilla, que sirve para forros de vestidos y otras cosas; de Holanda, país de donde se trajo la tela..."
        Puede suponerse que entre las "otras cosas" para las que servía esa tela (olán, ya sin hache según Ramos y Duarte) estaba la de emplearse como añadido en la parte baja de los vestidos y faldas. También como mera suposición puede pensarse que, empleándose sin hache, los hablantes fueron olvidándose de la relación que había entre esa tela y la voz holanda (u holán). Al paso del tiempo dejó de utilizarse el vocablo olán para designar la tela y se especializó su significado como 'lo que se añade a un vestido o falda', independientemente de la clase de lienzo que se emplee para ello, sentido que, me parece, prevalece hasta nuestros días. Tan se ha perdido la relación entre Holanda-holanda-holán-olán, que no faltan hablantes que hoy ven en el sustantivo ola el origen de la palabra olán. No creo, por tanto, que valga la pena a estas alturas tratar de reponer la hache de holán; primero, porque el uso ya ha consagrado olán (sin hache), y segundo, porque su sentido actual no tiene ya nada que ver, en México se entiende, con el significado de la voz que le dio origen (holanda, holán).

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