Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
EN CUALQUIER DIALECTO de una lengua, así como también en cualquier momento de su historia, suceden fenómenos que se apartan de lo que podría llamarse normal, tomando este adjetivo tanto referido a 'costumbre' cuanto a 'regla'. Muchos de estos fenómenos son de naturaleza léxica: la llegada de un nuevo vocablo o su desaparición, por ejemplo. Hay otros que tienen que ver con la forma de las palabras (morfología), como cuando alguien dice cantastes por cantaste. Finalmente, aunque menos frecuentes, hay también fenómenos que suponen modificaciones en las reglas sintácticas de la lengua que rigen las combinaciones de las palabras. Explicaré un ejemplo, observable en el español general contemporáneo.
        La sintaxis explica que la palabra no es un adverbio. Ello quiere decir que tiene la función de modificar a verbos, adjetivos e, incluso, a otros adverbios. Por tanto pueden construirse enunciados como los siguientes: 1) "me dijo que no vendría", 2) "no me dijo que vendría", 3) "es un tema no tratado hasta ahora", 4) "lo he visto no pocas veces", 5) "lo aceptó, aunque no muy convencido", 6) "viene aunque no a diario". En 1 y 2 el adverbio no está modificando a verbos (vendría, dijo); en 3 y 4, a adjetivos (tratado, pocas); en 5 a un adverbio (muy), y en 6, a una locución adverbial (a diario). Si bien se ve, en todos estos casos, no sólo en 1 y 2, en el fondo, en la llamada estructura profunda, el adverbio no está modificando a predicados, pues de hecho sólo se afirma o se niega un predicado: en 3, 4, 5 y 6 es fácil restituir, antes del no, o bien el verbo mismo del enunciado o bien ser o estar. En 3: ...que no (había sido) tratado; 4: ...no (han sido) pocas las veces en que...; 5: ...aunque no (estaba) muy convencido; 6: ...aunque no (viene) a diario.
        La gramática recomienda evitar el no antes de un sustantivo, pues no estaría allí cumpliendo su función adverbial. Sin embargo son muy comunes, en el español actual de cualquier parte, enunciados como los siguientes: "sufragio efectivo, no reelección", "la tesis de la no intervención", "algunos políticos expresaron su no apoyo a la iniciativa de reforma", "ante la no asistencia del magistrado, se suspendió la audiencia", "votó por la no aprobación del tratado", etc. Sólo dos observaciones: en muchos de estos casos es posible y, desde luego, más elegante emplear el antónimo del sustantivo negado: ante la inasistencia (no asistencia), expresaron su rechazo (no apoyo), votó por la desaprobación (no aprobación), etc. Por otra parte, independientemente de lo poco propio de tales construcciones, podrá observarse que el no solamente se emplea ante sustantivos derivados de verbos (reelección <<> reelegir, intervención <<> intervenir, apoyo <<> apoyar, asistencia <<> asistir, aprobación <<> aprobar), es decir que, nuevamente, en alguna forma está negando un predicado. A nadie se le ocurrirá decir "voy a comprar una *no mesa", pero no parece haber inconveniente, lógico al menos, para hablar de la no reelección. En resumen, soy de la opinión de que, cuando sea posible, conviene emplear, mejor que la construcción no + sustantivo, la voz contraria o antónima (inasistencia, mejor que no asistencia). Si ello no es posible, debe evitarse al menos anteponer un no a un sustantivo no derivado de un verbo.

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