Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
ESTA VOZ, DE USO cada vez más frecuente, no estaba considerada oficialmente dentro del léxico español, ya que no aparecía en el DRAE. Parece que se trata de un anglicismo adaptado al español, que generalmente tiene o bien la acepción de 'calidad de miembro' (de una asociación, por ejemplo) o bien el sentido colectivo de 'conjunto de miembros', ambos valores semánticos observables en la palabra inglesa membership. La configuración fonológica de la voz responde también parcialmente a la estructura inglesa, con la monoptongación del diptongo ie (miembro, membr-), aunque conservando la sílaba española -bre- y, obviamente, con la sustitución del sufijo inglés -ship por la terminación española -ecía o -esía.
        Debido a que se trata de una palabra que no había sido registrada en el DRAE, no quedaba otro camino que el de la analogía, para determinar su ortografía. En la decimonovena edición del DRAE se da entrada a cuatro voces terminadas en -ecía y a 13 palabras cuyas sílabas finales son -esía.
        De las 13 en -esía, seis no son derivadas; esto es, que no hay en ellas sufijo -sía: perlesía (del latín *paralisia, 'privación o disminución del movimiento de partes del cuerpo'), fenesía (voz anticuada por frenesí), poesía (del latín poesis), hidropesía, pleuresía e hipocresía (latinismos procedentes del griego). Las siete restantes sí son derivadas pero no se forman con -esía sino con -ia, que se añade a voces primitivas terminadas en -és: feligresía (feligrés más -ía), pleitesía, que procede del adjetivo anticuado pleités ('versado en pleitos'), cortesía, descortesía, burguesía, travesía y el desusado atravesía. Como se ve, en ninguna de las 13 palabras terminadas en -esía esta terminación funciona como sufijo pues, o se trata de voces no derivadas, o son palabras derivadas, formadas por raíces terminadas en -és, a las que se añade el sufijo -ía. No hay, por ende, apoyo analógico para escribir membresía, pues no hay en español un sufijo *-esía.
        Ahora bien, de las cuatro palabras en -ecía, una no es derivada (profecía, del latín prophetia), una es derivada con sufijo -ía (alferecía, con primitivo alférez, al que se le cambia z por c y se añade -ía), y en las dos restantes se da el sufijo -ecía: grandecía (voz anticuada, sinónimo de grandeza, que está formada por grande más el sufijo -ecía) y clerecía (que parece provenir de clero más -ecía). Véase que en grandecía y clerecía aparece no el sufijo -ía (como en feligresía o alferecía), sino precisamente el sufijo -ecía.
        Por otra parte, deben reconocerse en las voces grandecía y clerecía los semas o significados que se dan en membership, esto es: 'calidad de grandeza' en grandecía y 'conjunto de clérigos' así como 'oficio u ocupación de clérigo', en clerecía.
        Aunque débil, puede reconocerse que sí existe apoyo analógico para escribir membrecía, que estaría formada por una raíz modificada membr- (en lugar de miembr-) a la que se añade el sufijo -ecía, con los valores semánticos que se dan en las voces españolas grandecía y clerecía.

        P. D. La vigésima segunda edición del DRAE (2001) incorpora la voz membresía (con s), como propia de Ecuador, El Salvador, Honduras, México y Panamá, con dos acepciones: 1) 'condición de miembro de una entidad'; 2) 'conjunto de miembros'.

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